jueves, 9 de junio de 2011
Creí que estaba en un sueño, un sueño donde todo iba bien, donde todo pasaba como queríamos, donde el tic-tac del reloj no importaba.
Mi alma había olvidado lo que era sentirse así, ilusionada, tal vez enamorada.

La llave que durante mucho tiempo estuve buscando, apareció, al menos aparentaba ser la misma.

Le dije que la guardara él, que yo aun no la quería, pero que la conservara muy bien.

El tiempo pasó muy rápido para nosotros, todo estaba yendo muy rápido, más rápido de lo normal.

Tras escasos días, empezaron a haber cosas que no se parecían a nada a lo que pudiera parecer normal.

El sueño empezó a tomar un color grisáceo, oscuro, cuando le dije por lo que mi cabeza pasaba en ese momento, lo que en ese momento creía sentir.

Miles de sentimientos; alegría, nostalgia, felicidad, tristeza, amargura, nostalgia…, se metieron uno a uno en mi corazón, mi cabeza no respondía a mis actos y no me dejaba actuar de la forma que yo quería en ese momento.

Estaba asustada, porque nunca me había sentido así.

Me vendieron un sueño bonito, alegre que por alguna razón se empezó a tornar de sentimientos tristes.

Mi alma empezó a hacerse más fuerte aún.

Mi corazón tiró la llave que creía ser la correcta para la cerradura, y la puerta siguió cerrada y los sentimientos se quedaron allí, tristes y solitarios y con alguna que otra lágrima.


Han pasado ya varios meses desde que ese sueño se terminó, desde que las promesas incumplidas se volvieron promesas no creíbles nunca más.


La llave, esa llave, tal vez nadie la pueda encontrar, porque tal vez esa llave no exista.






*Encontraste la llave de mi corazón, y ahora que no estás, no se donde puedo encontrar una copia. Aún eres el único que puede entrar*



 

 




1 comentarios:

  1. ònira dijo...:

    A lo mejor el problema no está en la llave, sino en la cerradura :)

    Y si es por llave, ¡haremos una universal!

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