¿Sueños truncados?

lunes, 13 de febrero de 2012
Ella. Chica soñadora, alegre, optimista, llena de vitalidad, una chica que siempre encontraba algún motivo por el cual sonreír, sociable. Ella.

Poco a poco, todo eso fue cambiando. Cambió una sonrisa alegre por una fría y falsa. Cambió un puedo por un no puedo, miles de sueños por uno o tal vez ninguno pero sólo cuando estaba en su soledad.

Ya no tenía ganas de arreglarse e irse con los amigos a pasar el fin de semana como de costumbre. No respondía ninguna llamada de teléfono. Ya no caminaba corriendo y gritando de felicidad por la orilla del mar. Ya no tenía motivos por el cual seguir luchando por conseguir sus sueños y metas.

Ahora su único refugio era su habitación pintado de blanco y sus miles de fotos estampadas por toda la habitación.

Se pasaba horas y horas tumbada, tal vez pensando tal vez no.


Se preguntaba si todo eso sería una mala racha o simplemente sería su nueva forma de vida.


Una lucha continua entre la razón y los sentimientos, la razón por la cual no llorar y el sentimiento de tristeza que todo eso le suponía.


Recordaba viejas frases que solía decir; "demuéstrale a la vida que tienes miles de razones por las cuales sonreír", "este fin de semana nos vemos", "cuando salga de clases te llamo", " no tengas miedo, yo estoy contigo"... Frases que ya no tienen sentido.No para ella.

Su voz no sonaba igual, esa "vocecilla" alta y alegre desapareció, su voz ahora era un puro suspiro.
Su mayor apoyo, no estaba con ella. Los besos, abrazos, consejos, risas, regaños o incluso simples mirada, que necesitaba, era su punto de apoyo.

Tenía miedo, mucho miedo. Miedo a no salir nunca de ese "agujero" que se puso en su camino.

Le dolía verse así, tan cambiada, tan irreconocible.

A día de hoy, sigue buscando un sentido a ese sueño que poco a poco se va desvaneciendo, luchando, aunque sin ganas, pero luchando y sonriendo aunque todavía no es ella. Hoy no.




*Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada. Se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas.*






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