lunes, 9 de mayo de 2011
Un día como otro cualquiera, aburrida entre estas cuatros paredes y de fondo esa canción que decía: “y por verte sonreír he vuelto yo a perder…”, navega por la red, y decidí meterme un rato en el chat donde solía meterme en mis ratos libres.


Nada, a escasos minutos de cerrar la web del chat, alguien me envía un privado, y yo por curiosidad decidí ojear y tal, la sorpresa me la llevé al sentir algo que me decía que esa persona era de fiar, que al menos hiciera el esfuerzo por tener un privado más “privado” en un lugar más cibernético.

Le hice caso a esa parte de mí que me decía que hiciera tal cosa, y una vez más me dio la impresión de que no se había equivocado.
Pasaron los días y pasado una semana y media más o menos, descubrí verdaderamente que no, que ese “sexto sentido” no se había equivocado al menos por ese momento.
Pasaron días y semanas, hablando, contándonos cosas, anécdotas, y sin pensar la confianza fue creciendo poco a poco.
Intenté descubrir el porque de todo este tiempo donde habíamos experimentado muchas cosas, sentí la necesidad de saberlo, de comprenderlo.

Curiosa historia, me parece, pero cosas peores se han visto, pero mi pregunta era, ¿cómo en tan poco tiempo, vaya escasas semanas, haya podido despertar sentimientos de amistad en mí?, miles de respuestas se pasaban una detrás de otra… pero, ¿será porque esa persona me da cosas que no me dan los demás?, ¿tendrá personalidad adictiva?...
No lo se, pero a día de hoy, tampoco pretendo averiguarla, más que nada porque no tengo necesidad, ni tampoco curiosidad, tan sólo se que existe, y que mientras exista, voy a intentar al menos, conservarla por todos los medios, ya que siento que hago lo correcto, y sino es así, al menos me quedaré tranquila al saber que e echo todo lo posible y que nunca pasé de ello, es así de sencillo y aunque este juego de tirar de la toalla y no conseguir nada a cambio, me está empezando a cansar.
Pero bueno, no es este el mejor momento para hablar de ello, ya hablaré más detenidamente en otro momento. Ahora estoy aquí haciendo referencia a esa persona que poco a poco esta ganándose un hueco en mí y rellenando el hueco que poco a poco va quedando vacio.



Decirte, por último que gracias por existir.





*No podemos arrancar una página del libro de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego*




0 comentarios:

Publicar un comentario