Una noche de críticas y recuerdos.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ayer, fue una de esas noches en las que tras caer en la cama y quedarme tumbada hacia arriba durante unos minutos contemplando el techo y con esa música de fondo, me trae algún que otro recuerdo y reflexión.
Tras varios minutos en busca de algo en lo que distraerme, me viene una y otra reflexión, bueno reflexión, no sabría cómo llamarlo.

Me doy cuenta que vivimos en una sociedad donde es todo tan material, que muchas veces nos olvidamos de los sentimientos y cosas totalmente alejadas de lo anterior.

Aún recuerdo que en mi infancia, los niños se preocupaban de conseguir ese "cochecito" que tanto deseaba tener y que una y otra vez se lo pedía con entusiasmo a su madre y que una vez que lo conseguía, sólo deseaba irse a un descampado a ponerse hasta arriba de arena y fango, en cambio las niñas, jugábamos a ver quien tenía la Barbie más bonita y mejor vestida, aunque siempre siendo una competición sana, aunque bueno, no siempre.

Ahora, todo eso no significa nada para los niños de hoy en día, ahora sólo se preocupan de ser popular y la más "guay" dando igual la forma de conseguirlo.

En mis salidas nocturnas, aunque tampoco hace falta que sea por la noche, veo a niños/as de entre los  11 y 15 años, que realmente dan mucho de qué hablar.

Niños que han cambiado una noche en casa de un amigo jugando a la consola o incluso a algún juego de mesa por una noche de bebidas y drogas, niños que sólo saben que la palabra diversión, significa "desfase" en todos los sentidos.

Me da vergüenza ajena ir por la calle y ver como niñas en vez de llevar un cinturón con una falda o pantalón, directamente llevan el cinturón o que parecen andando un "pato" (sin ánimos de ofender a los patos, que me parecen unos animales bastante divertidos) con esos taconazos que llevan o que vaya por la calle y parezca que estoy en un circo, no lo digo sólo por los "payasos" que hay por ahí suelto, sino por los 3 kilos y medio de maquillaje que se echan algunas.
Pero bueno, tampoco es eso algo que me importe y me incumba mucho, es más, directamente me da igual, tan sólo quería remarcarlo.
Lo más triste y a la vez emocionante de esa noche fue recordar a esos amigos de antes, bueno amigos… amigos en aquellos años, ahora, son simples conocidos.
Las cosas cambian, tal vez por nuestra propia voluntad o simplemente por cosa del destino, ese destino que muchas veces odiamos.

Ir por la calle y cambiar un ¡HOLA!, mañana a la hora de siempre, ¿no?, por un hola o tal vez una sonrisa al recordar a esa persona con la que compartías tantas cosas.
Tal vez sea eso verdad de que dicen, que hay personas que llegan a tú vida para permanecer siempre en ella, en cambio, otras que no y aunque cueste de creerlo, a medida que pasa el tiempo, cada vez te das cuenta de que tal vez, eso, sea una posibilidad o lo mismo es una consecuencia de nuestros actos, tss, quién sabe.

La alegría tan tonta que da recordar esos momentos al ver un viejo álbum de fotos con tus amigos, pero esos amigos que aún permanecen en tú vida, esos amigos que por ahora, crees que sí son los de verdad e incluso lo sean para siempre.

Esos recuerdos de papel, pintados, incluso manchados, que tanto hecho de menos, esos recuerdos que en mis noches de soledad, miro entusiasmada, intentando plasmar y revivir todo esas sonrisas envueltas en una sola.

Es cierto que hace tiempo que no nos vemos pero siento y sé que esto no es señal de que todo haya acabado como pasaba en lo anteriormente mencionado.

Sé que todos necesitamos de mutua compañía y de nuestras largas y tendidas tardes que se convertían en largas noches y madrugadas, sin importar lo que hacer, sin necesidad de hacer algo en concreto, tan sólo estar todos juntos, disfrutando de una buena tarde, sin más nada.

Pronto todos nos reuniremos y lo mejor de todo es que será como siempre fue o incluso mejor. Disfrutar de vuestra compañía, es algo que necesito cada día que pasa y tras escuchar una llamada telefónica de uno de ellos, todo lo dicho, tiene sentido.

Y tras esta emotiva llamada, me dispongo a dormir, con una bonita sonrisa de oreja a oreja.




*La sociedad nos trató como una mierda y ahora sólo estamos tú y yo, nadie más*

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