En busca de la felicidad.

domingo, 4 de marzo de 2012
Otro día más con la incertidumbre de saber que pasará, de no saber que es esto que ocurre y que no logra sacar por mucho que intenta.

Paseaba por la calle, desorientado, sin rumbo. A su alrededor, nada era conocido, esas miles de caras que se centraban en su mirada consternada, despavorida, confundida, triste, hundida.  Bastaba con mirarle a los ojos para saber de que color era su estado de ánimo.

No podía evitar sentir que todo el mundo se le venía encima sin buscarlo. Sentir que cada paso que daba era un autentico desafío. Sentir que la mente era más dura que el corazón. Sentir que no había palabras en el viento que le recordaran a aquel momento en el que todo tenía un color bonito, llamativo. Sentir que nadie estaría ahí para ayudarle, al menos para sacarle una sonrisa y ofrecerle un punto de apoyo.Sentir que esa persona tan importante dejó de lado sus sentimientos y no le importaba. Sentir que el corazón no mandaba esta vez. Sentir que cada lágrima derramada, cada preocupación y cada golpe, no le ayudaría. Sentir que cada latido del corazón más y más lento. Sentir que haber sacrificado su vida por la de esa persona, no había sido gratificante para ninguno de los dos. Sentir que esas miles de cicatrices sin sanar, dolían cada vez más.
Sentir que esa búsqueda de felicidad, nunca finalizará.


Seguía caminando, a pesar de sentir todo eso. Seguía en su búsqueda de la felicidad, buscando por cada rincón de todo aquello que pisaba, buscando en las ramas de los arboles, buscando en las baldosas levantadas,  buscando en el cielo, buscando en lo imposible.

Anocheció y la luna fue testigo de aquella insólita imagen, aquel chico desesperado a punto de cometer un acto que marcaría su vida por siempre.
Miles de palabras marcaban todo su cuerpo, amor, rencor, odio, tristeza, alegría... que él mismo marcó con cada lágrima que derramaba.

Miraba al cielo con la ilusión de buscar consuelo en una de aquellas millones de estrellas que le rodeaban mientras le daba un sorbo a una botella de cerveza al mismo tiempo que acariciaba a su fiel amigo.

Ambos buscando la felicidad.










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