El último adiós...

domingo, 11 de marzo de 2012
Marzo. Ya había pasado unos meses de aquel terrible accidente. Postrada en la baranda del balcón mientras se fumaba un cigarro. Era de noche y el silencio brotaba de cualquier lugar. Ella y el humo de su cigarro, ambos con la misma dirección, el cielo negro.
El cielo escaso de esos miles de "puntitos" brillantes, la luna, no llegaba a relucir como ella solamente sabía, puesto que esas nubes no la dejaban pasear tranquilamente por aquel inmenso descampado negro.

Amélie ya no sonreía, ya no era esa chica alegre que todo el mundo conocía desde hace unos meses. Ese accidente marcó su vida para siempre.

Una noche más. Se repetía cada vez que el sol caía. 
Una noche más sin nada. Una noche más maldiciéndose. Una noche más culpándose. Una noche más llorando. Una noche más solitaria.

Todo seguía en el mismo sitio donde él lo dejó. Su móvil junto a las llaves encima de la mesita de noche. Su ropa encima del sillón del cuarto.Su olor impregnado en la ropa...

Todo era motivo de recuerdo para ella. Ese olor que no sólo estaba impregnado en la ropa, sino también en el corazón.

Cada recuerdo aceleraba su corazón y sus lágrimas.
Ese suave olor que recorría toda la casa, ese olor llamado amor.
Aún notaba su presencia, aún notaba como la abrazaba, aún notaba como la tocaba, como la besaba...

Esas duras y bonitas cartas que se escribían. Esa dura etapa en la que estuvieron separados. Esa dura etapa en la que la luna era su único lazo de unión.
Toda esas cartas que leía bajo las sábanas, toda esas cartas que dormían con ella. Toda esas cartas que terminaban con un te amo.

Esa personalidad tan solitaria que tenías nos llevó a esto. Ese perfecto rasgo que tanto me gustaba, ese perfecto rasgo del cual me enamoré y que sin imaginarlo tan siquiera, me llevaría a éste duro infierno sin ti. 


Maldigo ese inoportuno momento en el que tuviste que defender a esos indefensos niños tras los impacto de esas mortales balas. Ese último momento. Ese último aliento. Ese último respirar. Ese último adiós.
Todo eso que nunca volveré a tener.

-No llores,por favor. Eso si que me duele. Dame la mano. Te amo princesa.
Me decías con esa dolorosa sonrisa, con esa última lágrima, con ese último latir...


Ese duro recuerdo que que noche tras noche revivía con la única intención de sentirlo cerca todos los días de su vida.

Donde sea que vayas, donde quiera que estés, yo siempre te amaré.


Estrofa amarga saber que no estás, tristeza y rabia en el mismo lugar, dolor de luna quebrada que abraza un sueño irracional.






*Y olvidé sonreír, como hacías por mi, sé que fuiste feliz,
si me ves di que si, que siempre serás un ángel
Mi ángel*







































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